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con más facilidad algún sangrado que no siga tu patrón normal, y procurar atención
médica. Los cuatro tipos de sangrado normal son:
La menstruación, que es el desprendimiento del revestimiento del útero (endometrio)
provocada por la caída de los niveles de las hormonas estrógeno y progesterona,
cuando no ha habido concepción.
El sangrado por retiro de estrógenos, que se da cuando ha habido algún crecimiento
del revestimiento del útero debido a estrógenos elevados, pero sin ovulación. Cuando
el nivel de los estrógenos cae de nuevo, se desprende el endometrio.
El sangrado de rompimiento, que puede ocurrir en algunos ciclos, cuando los niveles
de estrógenos aumentan. Normalmente este sangrado vendrá acompañado de otros
síntomas de fertilidad, tales como una sensación mojada y la apariencia del moco.
Este sangrado puede darse en cualquier ciclo, pero es más probable que suceda
cuando ha habido un retraso en la ovulación.
El sangrado de implantación, que puede darse alrededor de una semana después de
la concepción, cuando el cigoto se implanta en el revestimiento uterino.
Sangrado anormal
Algunas patologías que pueden provocar un
sangrado anormal son fibromas uterinos, pólipos
cervicales o del endometrio, y cáncer de
endometrio o de cuello cervical.
Endometriosis
Al ser consciente de cuándo ovulas, puede que
también notes dolor a mitad del ciclo, que puede
ocurrir cerca del momento de la ovulación. Es
probable que entonces puedas distinguir este dolor
normal de otros dolores pélvicos que se producen
en otros momentos del ciclo y que podrían indicar
una patología como la endometriosis.
Cáncer del tracto genital
Algunas veces el sangrado anormal alerta a la
mujer sobre patologías más serias, tales como
algún tipo de cáncer del tracto genital. Y otras
veces es un patrón mucoso extraño el que puede
dar la alerta. En todo caso, conocer tu cuerpo y
cuáles son tus patrones saludables puede ayudarte
a detectar cualquier patología en forma precoz… y
eso simplemente podría salvarte la vida.
La gráfica de una mujer
de 33 años mostró un
patrón mucoso extraño,
lo que permitió una
detección precoz de
un adenocarcinoma
del cérvix. Se
le realizó una
panhisterectomía. No
se detectó evidencia
de metástasis. Sus
médicos comentaron
que no habría
sobrevivido hasta su
próximo examen de
Pap programado, si no
hubiera identificado la
anomalía en su gráfica.
